miércoles, 12 de enero de 2011

La regla del 5 a 1. La fuerza del pensamiento positivo.

Para comenzar el 2011 un texto sobre el pensamiento positivo y el refuerzo negativo. O sobre el refuerzo positivo y el pensamiento negativo. Es algo que veremos de nuevo más adelante... ¡Comencemos!

Ya lo dijo Louis Van Gaal: ¡Tú siempre negativa! ¡Nunca positiva!
Van Gaal. Ya se olía él algo de todo esto....
Cada vez que nos portamos mal con alguien, le insultamos, le decimos algo desagradable, le gritamos o simplemente le hacemos un desprecio, estamos dejando una huella en esa persona. Y va a ser una huella  muy fuerte, pero lo que es más importante aún: Una huella muy difícil de borrar. No sale ni con KH7.



¡Ojo con esto! Aquí entra la regla del 5 a 1. Por cada huella de estas que dejes en una persona, vas a necesitar para compensarla -al menos- decirle 5 cosas agradables, amables y que le causen una buena sensación. ¡5 buenas por cada 1 mala! 

Pondré un ejemplo:

El sueño americano (o el sueño que me dan sus pelis)
Imagina la típica peli americana de adolescentes, con el típico estudiante de secundaria llamado Billie, capitán del equipo de fútbol -bueno, entonces lo de estudiante ya no tiene mucho sentido- y con su correspondiente novia Pamela, rubia-super-maciza, por supuesto jefa de animadoras con un uniforme rojo tres tallas más pequeño. Ambos son la envidia de todo el instituto.
Sin embargo hoy Billie ha salido quemado del entrenamiento porque el profesor de matemáticas se ha dejado caer por allí y le ha dicho que tiene encima al inspector y que para seguir con su beca de deportista debe aprenderse, al menos, las tablas de multiplicar del tres y del cinco. Por si esto fuera poco, se rumorea que el director de la peli está pensando en suprimir la escena de sexo entre Billie y la amiga intima de Pamela. Billie sugirió entonces al director que para reforzar los valores que pretende transmitir la película, se incluyese en la escena también a Pamela. El director, tras limpiarse las lágrimas producidas por las carcajadas, le dijo que no. En un último y desesperado intento Billie se sacrifico y propuso sacar a su personaje de la escena, quedando así en la escena únicamente la amiga intima de Pamela y la propia Pamela. Pidió -eso sí- estar presente en la grabación. Pero el director de nuevo descartó la idea. Está claro que no es tu día Billie...

Más tarde, cuando acude a su cita diaria con Pamela para pasear por las calles de la ciudad y tomarse un helado del tamaño de una pata de los cochinillos de Segovia, Billie acusa el mal humor acumulado y se deja llevar por esos sentimientos negativos. Sentados en la cafetería "Tommy's Colesterol" le dice a Pamela que no debería tomar tantos helados y dulces. Su cuerpo lo está notando.... (la cagaste Billie)

Esa frase quedará grabada con fuego en el cerebro de Pamela, al menos, durante el resto de la película, y el bueno de Billie se va a pasar la hora y cuarto restante pidiendo perdón. Utilizará todos los recursos disponibles: Le regalará flores, le cantará canciones, le pedirá a sus amigos que le ayuden a preparar un montaje brutal con carteles de corazoncitos en el jardín de Pamela, irá a un programa de televisión a pedirle perdón públicamente y puede incluso que consiga que mientras ella pasea por la calle, todo el mundo espontáneamente le acompañe en un baile improvisado mientras canta un tema compuesto por él mismo -de dudosa calidad- llamado "Lo siento baby, perdóname."

Para el pobre Billie la regla del 5 a 1, es casi la regla del 500 a 1. Por supuesto al final Pamela le perdonará, ambos se besarán y comerán perdices -a menos que sean vegetarianos- pero no puedo dejar de preguntarme si no hubiese sido mejor que Billie directamente hubiese tenido más templanza, hubiese controlado su mal humor, se hubiese reído con un par de chistes -o con las últimas historias del instituto que Pamela seguramente le hubiese contado- y  hubiese esperado a estar de mejor humor para hablarle a Pamela con una perspectiva más positiva...
Todo se puede decir siempre desde un lado positivo.

Mientras tanto nosotros nos hemos descojonado del pobre Billie, pero en el fondo, somos igual que él. Solo que él tiene la suerte de ser un personaje de ficción. Y nosotros -mucho me temo- no.



De vuelta a la realidad
El ejemplo anterior era puramente un ejercicio de imaginación. Pero no te equivoques. La realidad no se diferencia mucho más. ¿O no conoces casos de amistades que se han perdido por una sola frase o por una sola acción? ¿No conoces gente que tiene grabadas a fuego en su cabeza frases o episodios de otras personas, de hace 10, 15 o 20 años atrás? Abueletes jubilados que aún no han perdonado a sus hijos una cosa que se les dijo un día concreto. Amigas de toda la vida que dejan de hablarse por una mala tarde... la lista es interminable. Más larga que la mili de Rambo.

Sin embargo las múltiples cosas buenas que nos decimos y hacemos pasan bastante más "de puntillas". Se necesitan muchas más cosas buenas para dejar una huella que cosas malas. Por eso -entre otros muchos motivos- es tan importante SIEMPRE ser positivo y NUNCA ser negativo.

Tener una actitud negativa solo nos va a traer problemas, mientras que ser positivo -incluso para reprender a tu hijo que acaba de expresar su arte con el rotulador negro de punta gorda en la pared del salón- siempre nos va a reportar mejores resultados.

Por nuestro propio bien: ¡Siempre positiva! ¡Nunca negativa! (Poner voz de Louis Van Gaal)

1 comentario:

  1. Je, je... muy profundo y, a la vez muy sencillo...

    Me da la impresión que muchas veces la regla de 5 a 1 se queda corta.

    Por cierto, esto explica el porqué Billie se sometió a una operación de cambio de sexo, adoptó un niño y trató de encasquetárselo, sin éxito, a Michael Jackson... cosas que pasan...

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